martes, 27 de mayo de 2014

Nos fragmentamos cuando nos desviamos de nuestro propio centro:


http://aldebaranlaestrelladelbuscador.blogspot.com.es/2014/05/nos-fragmentamos-cuando-nos-desviamos.html
Estamos permanentemente fragmentados y sin embargo queremos ser un todo. Estamos distraídos pero queremos concentrarnos; estamos esparcidos y sin embargo queremos estar reunidos, estamos esparcidos al extremo de rendir nuestro “yo” a cada impulso. Decimos “mis” gustos o aversiones, “mis” sentimientos, y “mi” dolor, y minimizamos ese “yo” a las proporciones de nuestro dolor personal. Ese “yo” se debilita y es absorbido por todas estas cosas. En cierto momento es absorbido en un acto compulsivo e inconciente, luego lo es en una vaga ansiedad. De un instante a otro, pasa de los gustos a las aversiones, pasa por diversas preocupaciones y motivaciones. Su atención salta rápidamente de estar acupada en lo que tiene enfrente para caer en un ensueño. Alguna facultad del “yo” se identifica con cada unos de estos eventos.

Nos fragmentamos cuando nos desviamos de nuestro propio centro. Cuando nuestra atención sólo está reaccionando ante los eventos externos, o cuando está siendo dominada por algo, pierde contacto con su propia fuente. La atención es una facultad sagrada, pero cuando es arrastrada por lo que tira más fuerte, no tiene fuerza propia; es pasiva. Si la atención no está conectada con la voluntad, el humano no es plenamente ser humano.



Kabir E. Helminski
 
 

sábado, 24 de mayo de 2014

Despertar de la conciencia: 2ª Clave para una vida feliz.


"No busques caminos fáciles"

Cuando una persona interpreta que le falta algo, tiene un dolor o una angustia y está buscando sufrir un poco menos, es un principiante. Por otro lado se encuentra la persona que ya se ha metido y ve que no se trata de sufrir menos, sino que aveces hay que aventurarse a sufrir un poco más para llegar más lejos.



Miguel Angel Reche

Buscador de perlas
 
 

miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Estoy dispuesto a cambiar mi vida?


Nunca es tarde para preguntarse:

"¿Estoy dispuesto a cambiar mi vida?
¿Estoy listo para cambiarme a mí mismo?".


Cual sea la edad que tengamos, lo que hemos pasado, siempre es posible renacer.


Si cada día es una copia del último, ¡qué lástima!

Cada respiración es una oportunidad de renacer.

Sin embargo, para renacer a una nueva vida, tienes que morir antes de morir.




Shams Tabrizi
 
 

lunes, 5 de mayo de 2014

Prisionero. Día 28


Libre de la sucesión de las estaciones. Libre de las alegrías y las penas. Libre de los apegos mundanos. Y, por encima de todo, libre de la cadena de los instantes.

Pero seguía ignorando por qué estaba condenado a ese desierto, a esa angustia.


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